En mi estudio estamos en contacto con empresas de muy diferentes sectores.
Si hay algo que todas tienen en común es su preocupación por parecer cercanas y accesibles.
En otros tiempos, en la comunicación de las empresas, se recurría a fotografías de archivo.
Procedían de grandes agencias americanas que ofrecían lo mismo.
Fotos bonitas que se repetían de una empresa a otra y proyectaban una imagen falsa.
Cada vez más, y sobre todo desde la pandemia, las empresas tienen la necesidad de mostrar a sus equipos y directivos para que sus clientes y proveedores les conozcan.

El retrato profesional para empresas es la manera de presentar a las personas de una manera directa y sencilla.
Esas fotografías se emplean en las webs corporativas, redes sociales y perfiles profesionales.

Aunque es posible usar fotos hechas con el teléfono por cualquiera, el resultado no suele ser el más óptimo.
Tener unas fotos profesionales no es un proceso complicado.
Las que ilustran esta entrada corresponden a una sesión en la empresa Sierolam, líder en el sector de la madera en Asturias.


Al tratarse de un equipo de más de veinte personas en los puestos de responsabilidad, se hizo la sesión en un espacio de las oficinas para no complicar la logística.
Todos fueron pasando por delante de la cámara en el espacio de una hora y media.

Las fotos, con un sencillo fondo de madera, enfatizan poses naturales, con una luz suave que se adapta bien a diferentes edades.
Dejando un encuadre muy amplio permite adaptar las fotos a los requerimientos de diferentes plataformas (cuadrado, rectangular, apaisado, etc.)
Tienen más ejemplos en este portfolio de retrato corporativo.
