Hacer una buena fotografía del envase de un producto puede ser la clave para toda una estrategia de marketing.
A menudo las empresas no ven la necesidad de invertir en buenas fotos de cada producto individual pensando que es algo sencillo y que una foto con el móvil bastará.
Lo que sigue es aplicable a cualquier foto de producto, pero me voy a centrar hoy en estos ejemplos con envases de alimentación.
Es un trabajo que realizamos para la marca Flor de Burgos de Central Lechera Asturiana.
La fotografía individual de un producto bien realizada implica una iluminación adecuada de estudio.
Hay que controlar brillos, volúmenes, reflejos y texturas.
A continuación viene el retoque para subsanar defectos propios de la impresión o del prototipo.
La última fase es crear un trazado, aislando el producto de su fondo.
El resultado es una imagen con este fondo de cuadrados -foto siguiente- que es lo que conocemos como trazada o sin fondo.
Este último paso es tan vital como los anteriores porque supone -como decía- la base para cualquier estrategia de promoción.
Ese producto trazado reproducirá en blanco en la web, imprescindible para cualquier ecommerce de calidad y múltiples usos en ferias, catálogos, etc.
Esas fotografías sobre blanco en alta resolución son las que permiten construir imagen de marca.
Uniendo -por ejemplo- varios productos, añadiendo una sombra y un fondo de color se puede llegar a algo como el siguiente bodegón de producto.
La aplicación final de esas buenas fotografías de producto que hemos realizado, es la posibilidad de crear imágenes singulares.
Destinadas a campañas de publicidad, banners en la web, displays o presentaciones, combinan otros elementos para dar vida al producto de manera creativa.